Ana Pérez: lesión de tobillo en gimnasia artística

Ana Pérez es una gimnasta artística de 24 años. Empezó a practicar este deporte a los 6 años en un club de Sevilla, tras ver a su hermano hacer lo mismo. Hace dos años sufrió una lesión cuando estaba en el mejor momento de su carrera deportiva. Un mal salto le dejó fuera de los juegos olímpicos de Tokyo, lo que fue psicológicamente muy duro para ella.

Ana sufrió una luxación en su tobillo derecho. A su vez, parecía en un principio que tenía una fractura del cuarto metatarsiano en el pie izquierdo, pero finalmente los médicos pudieron ver que se trataba de una lesión en la articulación de Lisfranc.

Tratan con muchos deportistas y hemos querido apostar por los mejores. A mí desde el primer momento que entré en la clínica CEMTRO me atendió el doctor Navarro. Me parece un gran doctor. Siempre ha sido muy atento y cercano conmigo, me ha transmitido mucha confianza. La clínica CEMTRO me parece una de las mejores clínicas que hay en Madrid. Siempre han tenido una atención muy buena y muy rápida. Al final, tienen los mejores médicos y eso se nota en los resultados.

La Clínica CEMTRO siempre ha trabajado con la Real Federación Española de Gimnasia, por lo que la llevaron allí directamente.

¿En qué consiste una lesión de tobillo?

El pie funciona como base para sustentar el peso de nuestro cuerpo y como palanca de propulsión para poder caminar. Las funciones de movimiento de flexión y extensión del pie se realizan gracias a la articulación del tobillo, el punto donde este se une con la pierna. Este se conoce como una de las partes más congruentes de nuestro cuerpo, es decir, que actúa de manera muy exacta y eficiente cuando su morfología es la adecuada.

El tobillo está compuesto por dos bloques grandes. Por una lado, la parte inferior es el astrágalo, un hueso fundamental para la articulación. Sus funciones son de soporte de peso y de movimiento, pero también cargan con la pieza superior compuesta por la tibia y el peroné.

Mientras que un esguince ocurre por un estiramiento en los tendones y ligamentos, la luxación se distingue porque se da además el desplazamiento de algún hueso de alguna articulación. Suelen producirse por traumatismos, las lesiones deportivas son las más frecuentes aunque también lo son los accidentes. También puede suceder por otras causas muy diversas y no relacionadas. Algunas pueden ser la debilidad de las articulaciones por enfermedades previas o alteraciones de nacimiento, es decir, que se produzca durante el embarazo o en el momento del nacimiento.

Por otra parte, la articulación de Lisfranc es la que mantiene unidos los huesos de los pies, más concretamente los metatarsianos. Las lesiones en esta articulación suelen estar causadas también por traumatismos, especialmente accidentes deportivos. Se producen con golpes fuertes en la parte media del pie, por lo que aplastamientos o malas caídas desde mucha altura son también causas frecuentes. Dependiendo de la circunstancia, existen tres tipos de lesiones de la articulación de Lisfranc, que podemos distinguir como esguinces, fracturas o luxaciones. En muchas ocasiones, se produce más de una de estas a la vez.

¿Cuál es el diagnóstico?

Lo primero que se nota al sufrir una lesión de luxación en el tobillo es un dolor intenso en el pie inmediatamente después del traumatismo. A partir de aquí, sigue habiendo dolor cada vez que se vuelve a mover el tobillo, y la lesión no permite apoyar el pie. La zona puede inflamarse. Si se sufren estos síntomas es fundamental acudir al médico para valorar la lesión y establecer un diagnóstico claro que permita acceder al tratamiento adecuado.

En cuanto a la lesión de la articulación de Lisfranc, se incluyen entre los síntomas un intenso dolor en el pie al apoyarlo o hacer fuerza y la imposibilidad de aguantar el peso cuando la lesión es grave. También es común la hinchazón, y las marcas de moratones en la zona son clara señal de que se ha producido esta lesión. Estas pueden encontrarse tanto en la parte superior como en la inferior del pie.

Cuando estos síntomas se noten, es muy importante contactar con un profesional para hacer un diagnóstico adecuado, ya que es común que se confunda con un simple esguince de tobillo. Por esto, es común que además de examinar físicamente el pie se hagan también pruebas de imagen como radiografías. De esta forma se determina claramente una lesión u otra.

Tratamiento para una lesión de tobillo

En caso de no poder acceder a un médico de forma inmediata, es importante recurrir en primer lugar al hielo para disminuir la inflamación y a la elevación del pie, además de tomar un antiinflamatorio como puede ser el ibuprofeno para moderar también el dolor. Posteriormente, es recomendable tratar con un especialista del pie y tobillo y seguir sus indicaciones.

La luxación del tobillo se puede tratar de varias formas en función del diagnóstico. Es posible que sólo haya que colocar el hueso en su posición natural e inmovilizar, pero también existen casos en los que es más conveniente operar. En caso de no tratarse de forma adecuada, una luxación puede derivar en complicaciones serias.

En el caso de la lesión de Lisfranc, lo más frecuente es proceder también a inmovilizar la zona mediante la colocación de un yeso y el uso de muletas durante varias semanas. Es posible que sea necesaria una cirugía dependiendo de la gravedad de la lesión.

Rehabilitación para una lesión de tobillo

En ambos casos y posteriormente al tratamiento indicado, siempre es conveniente recibir fisioterapia. De esta forma, se acelera y mejora la recuperación, trabajando en la fuerza y el movimiento del pie y tobillo. Y siempre en centros especializados como FisioClub & Sports enfocado a deportistas de alto rendimiento.

Cuanto te encuentras con una lesión y más si es grave, se te viene todo abajo. No se deben tomar decisiones cuando estás mal, las primeras semanas hay que olvidarse de decidir nada. Hay que centrarse en recuperarse y el tiempo dirá. Yo posiblemente pequé de decir “aquí se acaba todo”, pero una vez me operé y fui haciendo la rehabilitación vi que la cosa avanzaba y que podría volver a intentarlo. Hay que tener paciencia, no venirse abajo, que sé que es difícil, pero hay que intentar ser optimista y positivo. Y al final, pues el tiempo dirá si se puede seguir o no.

Lo que más me gusta de la gimnasia es poder controlar tu cuerpo, saber trabajar bajo presión, saber trabajar en equipo y aprender a sobreponerte ante la adversidad. Yo creo que es un deporte que a nivel físico te hace una persona muy completa pero luego a nivel de valores te da muchísimo también.

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