Lesión de Lisfranc
La lesión de Lisfranc es la lesión parcial o total de la congruencia articular de las articulaciones cuneo-metatarsianas. Va desde un simple esguince a la presencia de fracturas y luxaciones de las cuñas y metatarsianos.
La lesión de Lisfranc es la lesión parcial o total de la congruencia articular de las articulaciones cuneo-metatarsianas. Va desde un simple esguince a la presencia de fracturas y luxaciones de las cuñas y metatarsianos.
Las lesiones de Lisfranc son lesiones que en ocasiones pasan desapercibidas en urgencias y es importante la realización de pruebas de forma precoz para evitar complicaciones futuras como la artrosis degenerativa, la inestabilidad y la aparición de un pie plano.
Todos los metatarsianos tienen una serie de ligamentos que los unen entre sí, a excepción del primer y segundo metatarsiano. Es por ello que la estabilidad de estos 2 huesos vendrá dada por el Ligamento de Lisfranc que une la base del segundo metatarsiano y la primera cuña. Este ligamento presenta 3 partes, una más dorsal, otra interósea (la más potente) y otra plantar. La rotura de este ligamento será la clave en la aparición de esta grave lesión.
Las lesiones de Lisfranc se clasifican en dos categorías:
El diagnóstico inicial debe ser con la anamnesis y la forma en que se ha producido la lesión:
En caso de no observar lesiones y tener una alta sospecha podemos intentar realizar radiografías en carga y si no se puede solicitar una resonancia magnética que nos confirmará el diagnóstico.
Una vez diagnosticada la lesión será importante su tratamiento lo antes posible siempre y cuando la piel del pie se encuentre en condiciones óptimas y no exista una gran tumefacción. No es raro esperar 7-10 días para poder realizar la intervención, y dependiendo del grado de lesión y del tiempo de evolución se decidirá una técnica de reparación u otra: